
Este primer disco fue grabado en la Iglesia de la Universidad, en un órgano del siglo XVIII restaurado por Gerhard Grenzing en 1999, con teclado partido, y un sonido que, escuchado en directo, es de los más impresionantes que se pueden escuchar. Por supuesto, las manos expertas de Bruno Forst, organista francés que tuvo -y tiene- una gran actividad en nuestra tierra, logran sacar de este órgano los sonidos más sublimes que se pueden escuchar.
El Taller de Música Antigua del Orfeón Terra a Nosa tuvo la oportunidad de colaborar en este disco, interpretando algunas melodías gregorianas en las que se basan algunas de las obras para órgano que se reproducen a continuación. De destacar, el Pange Lingua de Pablo Bruna, o la Batalla de Clarines de José de Nebra.
Entre los próximos títulos que se editarán, está el dedicado al Órgano de la Iglesia de las Ánimas de Santiago, por el que aguardamos impacientemente.